Decir que las políticas públicas han interpretado de manera estrecha y simplista la noción de Economía Naranja, sería un eufemismo. Puedo asegurarles, señoras y señores, que ésta es más que una gala de ópera de Verdi o un concierto de rock estridente. El escenario de la Economía Naranja va más allá de la proscenio de un teatro, se extiende al infinito, abrazando las complejas tramas de la creatividad, la innovación, la cultura y la educación. Y, si me permiten, me gustaría arrancarle la máscara a esta gran dama de la economía y mostrarles su verdadero rostro.
"La economía naranja es el nuevo petróleo verde" - Felipe Buitrago, coautor de "La Economía Naranja: Una oportunidad infinita".
La Economía Naranja, como la describe la obra “La Economía Naranja: Una oportunidad infinita” de Buitrago Restrepo y Duque Márquez, es un océano infinito de posibilidades, un ecosistema en el que las ideas, las palabras, las imágenes y los sonidos convergen para convertirse en valor económico. Aquí, las canciones, las películas, los videojuegos, los libros, los diseños y las aplicaciones son tanto bienes de consumo como bienes de capital.
Un paseo por los estantes de "The Creative Economy: How People Make Money from Ideas" de John Howkins, nos revela un mundo en el que la creatividad es la moneda más valiosa. Pero no se equivoquen, no estamos hablando de un paraíso bohemio, sino de un sistema económico en el que la innovación y la creatividad son impulsoras de la producción y el crecimiento económico.
Basta con mirar a los países que han abrazado este modelo para ver su potencial. Corea del Sur, una nación que ha hecho de la creatividad una industria, ha experimentado un crecimiento económico asombroso. Su industria del entretenimiento, con gigantes como BTS y Parasite, no sólo ha generado miles de millones en ingresos, sino que también ha dado a Corea una presencia cultural global. Un pequeño país, con una gran visión, ha transformado la forma en que el mundo ve, escucha y consume.
Pero, ¿cómo puede la Economía Naranja mejorar la cultura y la educación de una nación? Permítanme decirles que la educación no puede limitarse a la mera transmisión de conocimientos técnicos y científicos. En el corazón de la economía naranja se encuentra la creación, y para crear, necesitamos imaginación, audacia y un pensamiento que no tema a la ambigüedad. Necesitamos una educación que enseñe a nuestros niños a soñar, a cuestionar, a buscar soluciones donde otros sólo ven problemas. Necesitamos, en resumen, una educación para la creatividad.
"La cultura, en todas sus dimensiones, es un componente fundamental del desarrollo sostenible" - Irina Bokova, ex Directora General de la UNESCO.
La Economía Naranja es, en su esencia, una economía de la imaginación. Es un sistema que celebra la diversidad, que ve en cada individuo un potencial creador, que transforma la cultura en riqueza y la creatividad en progreso. La Economía Naranja no es una fantasía utópica, es una realidad tangible, un camino que nos lleva a un futuro sostenible y equitativo. A un futuro en el que las ideas y la imaginación son la base de nuestra prosperidad.
Sin embargo, la pregunta persiste, ¿cómo puede un país como el nuestro, inmerso en la rutina de la economía tradicional, trascender a una Economía Naranja? La respuesta no es sencilla y no deberíamos esperar que lo fuera. Pero la cuestión fundamental es esta: es necesario dar un paso audaz hacia una cultura que valora y promueve la creatividad en todas sus formas. Un cambio de paradigma en nuestra educación, en nuestras políticas, en nuestra percepción de lo que constituye la 'verdadera' economía.
Eso no es fácil. No puede serlo. Siempre habrá aquellos que resisten el cambio, que se aferran a lo conocido, que se asustan ante la audacia de lo nuevo. Pero no podemos permitir que estos temores nos paralicen. Porque el futuro no espera. Y si no abrazamos la economía naranja, si no aprovechamos su potencial, otros lo harán. Y nos quedaremos atrás, aferrados a nuestros viejos modelos mientras el mundo avanza sin nosotros.
Entonces, señoras y señores, debemos abrir los ojos. La Economía Naranja no es un concierto o una obra de teatro. No es un acto de circo. Es un rugido, un rugido de creatividad, innovación y progreso. Es el sonido del futuro. Y nos toca a nosotros, a todos nosotros, decidir si vamos a escuchar ese rugido o si vamos a taparnos los oídos y fingir que no lo oímos.
Permítanme que sea claro: la Economía Naranja no es una moda pasajera. Es un nuevo modelo de desarrollo, un modelo que reconoce que la creatividad y la cultura son más que meras distracciones. Son, en efecto, los motores de una economía sostenible y justa. Y es hora de que lo entendamos. Es hora de que nuestras políticas y nuestras instituciones lo entiendan. Es hora de que despierten al rugir de la Economía Naranja.
"La creatividad y la cultura no son un lujo, sino un motor de crecimiento y empleo" - Androulla Vassiliou, ex Comisionada de la Unión Europea para la Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud.
Y a aquellos políticos que aún se aferran a la idea de que la economía naranja es simplemente un eslogan de marketing, una excusa para gastar dinero en conciertos y exposiciones, les digo esto: han perdido el argumento. La Economía Naranja es el futuro. Y el futuro, señoras y señores, ya está aquí. Así que o se suben al tren de la economía naranja, o se quedan en el andén, viendo cómo el futuro se aleja sin ellos.
Es una elección. Una elección entre el pasado y el futuro, entre la rutina y la innovación, entre la conformidad y la creatividad. Y yo, por mi parte, ya he hecho mi elección. Espero que ustedes hagan la suya. Y espero, sinceramente, que elijan el futuro. Porque el futuro, señoras y señores, es naranja.
Libros Relevantes sobre Economía Naranja:
"La Economía Naranja: Una oportunidad infinita" por Felipe Buitrago Restrepo y Iván Duque Márquez: Este libro es una de las primeras y más detalladas exploraciones del concepto de la economía naranja y su impacto en el desarrollo económico.
"Creative Economy Report" de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo): Aunque no es un libro per se, este informe es una lectura esencial para entender la economía creativa, que es una parte integral de la economía naranja.
"The Creative Economy: How People Make Money from Ideas" por John Howkins: Este libro explora cómo la creatividad se ha convertido en una valiosa mercancía en la economía moderna.
"Economía Creativa como Estrategia de Desarrollo: una visión de los países en desarrollo" por Ana Carla Fonseca Reis: Este libro ofrece un análisis detallado de cómo los países en desarrollo pueden aprovechar la economía creativa para su beneficio.
"The Cultural Economy: The Arts, the Heritage and the Media Industries" por David Throsby: Este libro proporciona una visión en profundidad de cómo las industrias culturales, que son una parte clave de la economía naranja, contribuyen al desarrollo económico.
Quiero agradecerles por acompañarme en esta exploración de la Economía Naranja, por invertir su tiempo y esfuerzo en entender más allá de la mera superficie y en dar a las ideas la atención que merecen. Sus ojos curiosos y su mente inquisitiva son la prueba más tangible de que una economía basada en la creatividad y la cultura no es una quimera, sino una posibilidad concreta.
Les invito a seguir explorando, a seguir cuestionando, a seguir aprendiendo. En www.juanmakoenigd.com encontrarán muchos más artículos que les desafiarán y les inspirarán. Se trata de una vasta biblioteca de ideas y conocimientos que estoy seguro les resultará de interés. Porque el conocimiento es un viaje, y cada artículo, cada página, es un paso en ese viaje.
Nuevamente, gracias por su tiempo y su atención. Espero verles nuevamente en nuestro próximo encuentro en el vasto mundo de las ideas. Hasta entonces, sigan cuestionando, sigan explorando, sigan soñando. Porque el futuro, señoras y señores, nos pertenece a todos nosotros.
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